domingo, 21 de marzo de 2010

India allá voy


Del Líbano cargada de maletas, libros, recuerdos, despedidas, salto a India.
Dicen que lo mejor es lo que pasa, pero yo estoy convencida aún màs de que cuando las cosas no se planean salen mejor que nunca. Una vez que tengo fecha de salida del Líbano, que tengo mi pasaporte en la mano decido acompañar a mi compañera de viaje quien se destinaba a hacer un curso de yoga en dicho país. Y dije por qué no, y empezaron una serie de pensamientos a hacer eco en mi mente, una y otra vez, la vida es una aprovecha, ya estás aquí etc etc… Y así fue como de pronto me vi embarcada en un avión que hacia escala en Kuwait, para luego aterrizar en Mumbai.
Abro paréntesis para hablar de Kuwait, o al menos de su aeropuerto el aeropuerto con la perfumería más grande que jamás allá visto, como buena venezolana me probé perfumes hasta detrás de la oreja, mientras una filipina trataba de explicarme que esos perfumes se vendían únicamente en esa tienda. Mujeres muy arregladas, maquillajes de Hollywood, velos de todos los colores que sólo les tapaba el cabello combinados con altos tacones, salas de rezo,
Llegada la hora del vuelo, cambió el panorama, nos estábamos acercando… hasta que llegamos. Una vez allí las letras cambiaron, los olores cambiaron, y pasé a ser un chica alta a una gigante, juro que donde quiera que iba era la más alta, repetidas veces escuchaba “welcome to india” nos saludaba la gente en el aeropuerto, sonido acompañado de movimientos de cabeza, que aún hoy día no logro concebir como el cuerpo y la cabeza pueden moverse separadamente.
Muchos de los pasajeros llevaban cajas, bolsas, televisores, maletas, más cajas y más maletas, los destinos de proveniencia mayoritariamente eran Dubai, Qatar, Kuwait. No es secreto para nadie que hay muchos hindúes que trabajaban en los países del golfo donde perciben un salario miserable para los trabajos que realizan pero de una u otra manera les ayuda a ellos y a su familia.
Mumbai nos recibió a las seis de la mañana con un calor empegostado, con gente que iba y venía, con vacas en la calle, flores, miles de tuctucs una especie de mini taxi, colores, niños, carros, más calor, un idioma y la pequeña Susy una amiga que a primera vista se confundía con una persona local, maravilloso encontrarnos a Susy en el aeropuerto o mejor dicho que ella n encontrara a nosotros pues, hubiese sido simplemente imposible en una ciudad que aloja 25 millones de habitantes conseguirse o al menos dar una dirección coherente.
Necesitaba que alguien me pellizcara porque no podía creerlo, Bombay ahora conocida como Mumbai, la ciudad de Bollywood. Ese día fue el último día de descanso, comenzaron aquí unos intensos 15 días de viaje sin parar.
India para mí es un continente, con una diversidad religiosa, gastrónomica, de castas, de dialectos. La meta era ir al norte al Himalaya y de allí bajar poco a poco, y así fue.
Próximo destino Agra.

La BBC, Nasralá y yo


No puedo saltar al próximo destino sin contar esta historia…
Como he mencionado anteriormente motivos racionales para ir al Líbano no existían, pero sí puedo enumerar al menos una razón, me interesaba entender un poco el panorama político del Medio Oriente. Me costaba entender como un país de tan sólo 4 millones de habitantes, cuyas principales fuentes de ingresos son el turismo y la inversión extranjera pudiese ser tan deseado y estar asediado de tanta política, se respira política, se come con la política, se vive entre la política, se practica la religión de acuerdo a tu inclinación política, en fin.
Hay muchos ojos sobre la conocida “perla del oriente”, están los sirios, Francia, Estados Unidos, los israelíes y por supuesto los mismos libaneses, es un país donde drusos, musulmanes y cristianos caminan, respiran, viven y conviven. El panorama es complicado.
Y como el que busca encuentra terminé metida en el meollo del asunto y esta vez no fue sin querer queriendo. Conocí a una venezolana que fue mi guía en esta aventura de un día a una de las zonas más calientes políticamente hablando de Beirut, “Dahiyeb”. Me dieron la cola al sitio, tratamos de llegar al puente bajo el cual había sido citada por mi paisana pero fue imposible, habían muchas calles cerradas y los accesos estaban restringidos, mi amigo me preguntó ¿estás segura de que te quieres bajar aquí? A lo que respondí claro, sin embargo le pregunté crees que sea riesgoso?, palabras que me dieron más energías ya estaba allí toda yo era adrenalina pura, un poco porque no sabía en que terreno me estaba metiendo.
Empecé a caminar, no era muy difícil pasar desapercibida, era la única que no vestía de negro, tenía una cartera de flores, las uñas rojas, además tenía la cabeza destapada. Habían varios puntos de control aunque suene alcabala, en uno de ellos un señor me detuvo y empezó a hablarme en árabe, me negué a responderle en ingles pues no era muy buena idea, y en español le dije algunas palabras con la suerte de que el tipo hablaba portugués, por afinidad de sonidos logramos entendernos. Tanto control se debe a que la zona está bajo la tutela del partido Hezbolá, la luz, el agua, los hospitales y la educación son subsidiados, es controlado militar y políticamente por este grupo por tanto puede decirse que mantienen una suerte de gobierno paralelo, en donde la ley está impuesta por ellos.
Me encontré con mi amiga y empezamos a caminar entre una multitud de gente que se dirigía a punto especifico. Celebraban el Ashura, el memorial de la muerte de Hussein, mártir sucesor del profeta Mohamed, ceremonia chiíta, rama del Islam conformada por los seguidores de Alí. Durante este día repartieron comida a los presentes una especie de sopa de pollo con maíz hecha en grandes calderos en el medio de la calle que proporcionaba aliento y energía a los presentes.
Llegué al sitio de reunión junto con otra miles de personas, banderas de Hezbolá, el partido de Dios ondeaban en el aire, banderas palestinas conjuntamente con la bandera del Líbano. Una gran pantalla, muchas cornetas, los equipos de periodistas BBC, CNN y al lado yo codo con codo, ésta ha sido una de las aproximaciones mas internacionales que tenido con el reporterismo, para mis colegas un día más, una pauta más, para mí una experiencia increíble.
Aparece en la pantalla Nasralá líder del partido, empieza una algarabía, un discurso inentendible a mis oídos pero efusivo para los presentes. Las únicas palabras que logré entender fueron Chávez y Venezuela, la multitud una vez más enardecida gritaba aprobando alzando los puños y gritando con consignas al aire. Ese día Chávez había expulsado al embajador de Israel de Venezuela. ¿Pero que sabía esta gente de Chávez? ¿Y que sabemos nosotros de ellos? A miles de kilómetros de distancias, separados por océanos y mares, mi país era parte de la noticia.
Es curioso ver que a diferencia de cualquier otro político Nasralá se presenta sólo a través de videos, nunca aparece en un estrado, está escondido nadie sabe dónde vive, ni donde duerme, pero allí estaba él en vivo en la pantalla.
Me sentí como cucaracha en baile de gallina, pero estaba siendo parte de una noticia, de un acontecimiento, pues en pleno conflicto entre La Franja de Gaza e Israel, se suscitaba esta celebración que duraría 10 días, y que continuaban luego en reuniones donde contaban la historia de lo ocurrido y las mujeres lloraban simbólicamente la muerte de este imán.
Ese día me mareé de tantos nombres, de tantas ramificaciones del Islam, del partido de Dios, de sus luchas, de los gritos traducidos a mis oídos, de la historia, las penas y finalmente la muerte.
En realidad quería reflejar lo importante que había sido el simple hecho de haber estado en el palco periodístico, pero hay muchos aspectos interesantes e importantes en todo este cuento. A pesar de que es una historia vieja,
para mí digna de contar fue una experiencia muy fuerte y enrquecedora. Fue una sensación personal de formar parte de un evento que al día siguiente leería en el website de bbcmundo.com, yo había estado allí y Nasralá también.